Durante estos últimos años la industria de los deportes electrónicos (esports) ha crecido exponencialmente, ofreciendo una oportunidad de trabajo a muchos jugadores que han soñado demostrar sus habilidades en los videojuegos en un gran ambiente competitivo. Por medio de las redes sociales se nos muestra el lado más bonito de los esports: divertido y atractivo, pero no muestran que este sueño de ser un jugador profesional no es nada fácil.
Se tiene la creencia que los hombres juegan más y mejor que las mujeres, creando así un estereotipo de que las jugadoras son inferiores con respecto a su rendimiento en el juego. Además, investigaciones anteriores sobre videojuegos muestran que hay una brecha de género, principalmente en lo que se refiere a la participación y rendimiento.
¿Alguna vez pensaste en pilotear un avión? ¿O tal vez te gustaría manejar un bus o un tren? ¿Qué tal la oportunidad de construir tu propia granja? ¿Trabajarías como policía o como bombero? Todo esto ahora es posible, gracias a los juegos de simulación.
Cuento una parte de mi vida personal, una parte que pocos cuentan ya que no mucha gente lo entiende. Desde pequeño sufro de ataques de ansiedad, mi infancia fue en lo que varios llamarían normal, pero luego a partir de los 20 años empezaron los ataques fuertes, donde eran días sin dormir y varios problemas que he tenido (adormecimiento del cuerpo, falta de aire, pérdida de la noción), la cual he estado en terapia en el transcurso de ciertos momentos luego de ese primer ataque fuerte, por dicha he tenido que adaptarme y no dejarme manipular por esto.